¡Extra, extra! Sin duda Cuentos al Viento es algo mágico. Si hace apenas unas horas os contábamos que el pasado sábado echamos a volar el cuento número 1000, escrito por María Yanes, en el barrio zaragozano de La Almozara ¿qué pensaréis si os decimos que ese cuento ha recorrido casi 1000 kilómetros y ha aterrizado esta tarde en un pueblo francés llamado Fontan, cerca de la frontera con Italia, al norte de Niza?
Sí, sí, habéis leído bien. El cuento de María lo encontró Bernard Cerezo y nos lo explica de esta manera tan encantadora: “Mi esposa Joelle quería recoger setas en la zona alta del pueblo de Fontan, concretamente en la meseta del Ceva a 1400 metros de altitud. En realidad, no me gusta recoger setas, nunca encuentro nada, así que hago fotos. Me había alejado del camino. En este momento, la naturaleza muestra una cara particularmente hermosa: los colores de los árboles se reducen a tonos verdes, amarillos, rojos, Marrone, es algo mágico. Estaba fotografiando un árbol muy colorido cuando vi algo que me llamó la atención, me acerqué y vi la historia de María atada al globo. No hablo español, así que le pedí a mi hija que me tradujera el texto. Bernard y Joelle, somos abuelos. A menudo venimos de vacaciones a este pueblo cerca del paso de Tende. Estoy jubilado y fui profesor de Matemáticas, mi esposa todavía trabaja como enfermera en Marsella. Tenemos dos hijos y un nieta maravillosa, Calie, de 18 meses. Os deseamos que encontréis muchos globos de vuelta. ¡Buena suerte!”
(En la imagen podéis ver a Joelle y a Bernard).