El primer cuento, el 1829, lo encontró Myriam en Zaragoza mientras paseaba con su bebé por el centro de la ciudad. El cuento lo escribió Pedro. Mónica, también de Zaragoza, rescató el cuento de Pablo en el Parque Grande. En realidad lo atrapó su hijo de tres años y después jugaron con el globo en casa un rato largo. No fue el único cuento que apareció en el parque: Isabel fue la destinataria del cuento 1611 y nos dice que aunque el globo no voló muy lejos, le llegó al corazón. En esta historia también hay un abuelo y su nieta, Jorge y Alma que acompañaron a Isabel en su peripecia. Javier y Laura recogieron el cuento 2334 en Zazuar (Burgos) a 280 kilómetros de distancia desde Zaragoza. El cuento lo escribió Lola Gracia. Les ha gustado tanto la iniciativa que les gustaría llevarla a cabo en un colegio de Peñaranda de Duero. Silvia nos ha escrito para decirnos que tuvieron la suerte de encontrar el cuento 1604 procedente de Zaragoza escrito por Lucas Medina. El cuento ha viajado más de 400 kilómetros llevado por el viento, sin ningún rasguño, hasta Pozal de Gallinas, un pueblecito con apenas 600 habitantes de la provincia de Valladolid. Sucedió cuando iban a trabajar al supermercado del pueblo, lo que les hizo un poco más alegre la mañana. Ahora, tienen el cuento expuesto junto a la caja registradora para que todo el mundo lo vea. Martín comenzó su jornada laboral en el Paraninfo de Zaragoza de una manera muy especial cuando descubrió entre los tilos del patio el cuento 1884 escrito por un tocayo suyo. No muy lejos de allí, Mateo se hizo con el cuento 2011 cuando salía de casa con su madre. Andrés y Alee descubrieron el cuento 2278 en el jardín de su casa en Medina del Campo y Silvia, qué os vamos a contar de Silvia, desde Espeja de San Marcelino nos relata emocionada que sus padres vieron cómo aterrizaba un ramillete de 9 cuentos mientras sacaban a pasear a Cuca y a Calcetines. Todo el pueblo está encantado con el feliz hallazgo, tanto que, a la mañana siguiente, se llevaron los relatos al colegio donde todo el mundo se quedó impresionado con la iniciativa. Jocabed se ha topado con un manzano a las afueras de Ejea de los Caballeros que acunaba entre sus ramas el cuento 2124 de Gonzalo. Protagonistas que nos escriben felices porque han tenido la suerte de recibir los deseos, los recuerdos o los dibujos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes del colegio Compañía de María Zaragoza. Aterrizarán más historias y recibiremos nuevas noticias. Esta es la verdadera magia de Cuentos al Viento.